Denominada antiguamente Fuente Pedraza.
Curioso, cuando menos, es la posición, forma y paisaje que este pueblo muestra a todo aquél que decida pasarse por aquí. Para empezar, ni está en valle, ni está en páramo, ya que justo su límite superior es la llanura del páramo y el inferior, el comienzo del valle. Las curiosidades siguen al apreciar que la forma del conjunto de casas, si uno las ve desde la parte del páramo, es similar a una "V". Después, por el trazado de la carretera, el pueblo queda dividido totalmente en dos, y si uno quiere dirigirse a la otra parte, debe cruzar obligatoriamente por ella.
Resulta un paisaje verdaderamente encantador, un pueblo rural con casas de piedra.
En la parte de la derecha, según se asciende, se ubica la Iglesia de San Bartolomé, un tanto separada del conjunto urbano a la que se llega a través de un camino. Realizada en piedra durante los siglos XIII y XIV en estilo gótico, es un templo de tres naves donde la central se cubre con bóveda de arista y yeserías del siglo XVIII y las laterales con arista y cañón. Mientras tanto, los brazos del crucero y la capilla mayor, lo hacen con bóveda de crucería. Puede visitarse contactando con el Ayuntamiento.
Y como es lógico, las fiestas también tienen como anfitrión a San Bartolomé. Son fiestas que desde el 23 al 25 de agosto, tienen como actos principales, verbenas, un delicioso concurso de tortillas, un almuerzo con danza al que invita el ayuntamiento y una tradicional hoguera en honor del santo acompañada de un riquísimo chocolate.
Por lo demás, un pueblo cuyo nombre proviene de una fuente de piedra que existe en el municipio.
Es conocido gastronómicamente por sus carnes, sobre todo de lechazo, y por sus vinos.